Maria Constanza
Nací un 28 de diciembre, a las 11:45 pm en la cordillerosa ciudad de Pasto, el doctor que atendió el parto decidió que estando tan cerca el día siguiente, lo mejor sería dejarme como nacida el 29, me enteré a los 25 años que llevaba celebrando mi cumpleaños un día desfasado, ¡que inocentada ¡¿no?
Hija de Luz María y de Juan Diego, la única mujer en medio de 4 varoncitos, casita católica y patriarcal, primero me rebelé contra la religión y después entendí que el gran cáncer era el patriarcado. La pelea comenzó desde la infancia.
La escuelita, en colegio de monjas, típico, como todos los colegios de monjas. Ahí hice mis primeras incursiones teatrales. A los 6 años mi primer escenario, interpretaba a una cantante de tecno-cumbia peruana, hacía lipsync y mis tías abuelas me cosieron el traje. Las botas no eran botas, eran unas medias negras largas de mi papá. A los 7 años volvía al escenario y esta vez interpretaba a la virgen María recibiendo la anunciación del arcángel Gabriel; Mi nombre, claro, me costó interpretar varias veces el papel de la virgen de los católicos. A los 9 hice de la monja fundadora del colegio, que de niña no le gustaba la zanahoria, la guardaba en el pañuelo y la botaba luego en el basurero, la que dormía en el suelo para dormir con los ángeles. A los 10, ya casi con vocación, hice de un pájaro que no quería estudiar, pero el traje era tan diferente del alquilado de quién hacía de mi madre pájaro, que me sentía más en el cuento del patito feo que en otra historia.
Y a esa edad quería ser monja…
Ese mismo año nos llevan del colegio en visita al museo de la monja fundadora de la escuela, vimos su cama, sus túnicas, su basenilla, etc, al final del recorrido, hay un libro, en ese libro nos dicen que podemos anotar lo que queremos ser de grandes y que por mérito de la monja se cumplirá tal como escrito, se enfilan todos los estudiantes de quinto grado y quedo de última, cuando mi turno llega, me quitan el lapicero de la mano y me dicen que no hay más tiempo, no valieron, los “pero soy la única que falta”, “no me demoro”, “pero…” nada… no pude escribir que quería ser monja.
Entonces pronto después supe que haría teatro… o algo por el estilo. Y por ahí, sin entenderlo aún, entendí el poder de la palabra no escrita.
Saqué Othelo de la biblioteca a los 10 años, pero realmente no lo leí, era tan gordo como la biblia y no sé si pasé del prólogo, pero más tarde si me devoré las obras de Shakespeare como si de una cita inaplazable noche tras noche se tratara.
Seguí haciendo teatro en el colegio, formada en la CHISPA, mítico grupito semillero de mi ciudad, aquí, fue donde se despertó mi pasión definitivamente por el arte escénico y la dirección. El director del grupo Julio Eraso, lideró con los estudiantes un proyecto llamado escuela de dirección, durante el cual por 6 años consecutivos tuve la oportunidad de dirigir los montajes teatrales de los grupos escolares para la semana cultural de la institución, este fue sin duda un proceso decisivo en mi carrera y definió una vocación en cuanto a la dirección teatral, a la escritura y una grata memoria de haber podido jugar a ser directora siendo una niña.
Siempre interesada en la palabra
Empecé a escribir casi sin saber que lo hacía, siempre me gustaron las historias, y contarlas, sobre todo contarlas, y contarlas bien, que mi audiencia de amigos fuera intrigada por lo inesperado. Y escribía sobre mujeres y opresiones, y jugaba a reivindicar a los personajes y las historias con las posibilidades que la ficción permite.
Una vez graduada del colegio, y con preguntas sobre la enseñanza del oficio teatral y las academias y escuelas, además del mareo de la vida a los 17, decidí no escolarizarme en estudios universitarios (creo que hice bien) y entonces, de naturaleza curiosa y viajera, me embarqué buscando los grupos, las investigaciones que resonaban con mis intereses y preguntas creativas.
Me fui a Perú a un seminario, y luego a Italia, ahí trabajé por 5 años en una compañía de nombre larguísimo, pero ni vale la pena nombrarles.
Me di cuenta a trancazos que mi vocación y mi oficio, van de la mano de un deseo de reivindicar un linaje femenino en mí misma y en los espacios donde me encuentro y cuando eso no sucede, algo en mi se siente traicionado.
En octubre del 2022 fundé Sala Mínima, un espacio autogestionado, casero, feminista. Está ubicado en la parte delantera de la casa familiar, nadie se imaginaba que íbamos a ir muy lejos, quizá yo tampoco, y cumplimos ya nuestro primer año, y puedo decir, que en colectivo con las personas que hacen Sala Mínima hemos gestado un espacio muy valioso, donde sentirnos segurxs para crear y para repararnos mientras creamos, probando que hay otras maneras de hacer, que es posible desafiar las estructuras jerárquicas y patriarcales, la vieja escuela y sus violencias encostradas, que es posible y necesario dialogar y dar voz a nuestros gritos. Básicamente creamos este espacio porque estamos cansadxs de lxs violadorxs, abusadorxs, directorxs o colegas tiranxs con los cuales debemos lidiar diariamente en nuestro oficio.
Mi dramaturgia
Como creadora me interesa contribuir a la discusión sobre la identidad a través de mis creaciones, poniendo en diálogo mi propia herencia familiar, regional, ecléctica con los enfoques actuales sobre la perspectiva de género, el pensamiento decolonial y la cultura contemporánea. Actualmente realizo talleres de investigación/creación en torno a la actuación, la escritura, y la exploración sonora en distintas ciudades de Colombia.
Concibo la dramaturgia como un proceso íntimo y colectivo. Íntimo en el sentido de que se escribe desde una, desde lo que la rodea, la afecta, la hiere, la fascina y seduce. Y en ese sentido para mi la escritura dramática es un proceso referencial, aunque las obras no hablen de una misma, y de hecho sean la creación de universos aparentemente independientes. Colectivo por que cuando escribo, mi red de afectos y desafectos aparece como fuente de pensamientos, de personajes, de situaciones y como puerta para la creación de mundos ficcionales y de juego con destinos posibles, que la realidad a menudo inhabilita.
Mi enfoque es de una dramaturgia escrita principalmente por mujeres, en la cual se explore ampliamente los imaginarios femeninos que por siglos han estado constreñidos a un ángulo muy limitado, y sobre todo escrito por hombres. Es una dramaturgia que se nutre del mundo onírico, del realismo mágico tan cotidiano en nuestras realidades geográficas, de las memorias y las cartografías del cuerpo, de las historias que nos atraviesan humanamente y nos movilizan a cuestionarnos a nosotrxs y al mundo que nos rodea. Mi escritura revisita críticamente El ser otra forma de mujer y las cicatrices coloniales de la cotidianidad en Latinoamérica
Trabajo por una dramaturgia autoral, actualmente en colaboración con varixs artistas adelantamos proyectos independientes con nuevxs autorxs, donde cumplo una labor de dramaturgista de sus piezas y donde exploramos temas muy variados, como la violencia en la guerra hacia las mujeres, el diálogo intergeneracional y los traumas colectivos de los sujetos feminizados, los procesos históricos y sociológicos de los territorios marcados por los procesos coloniales, entre otros.
Intento que la dramaturgia que escribo sola o con otrxs tenga en sus paisajes horizontes reflexivos, que en su concepción se asuman como actos de lo político y que se entrelacen con investigaciones y corrientes del pensamiento feminista, de la filosofía existencial, de las realidades latinoamericanas, pero también nutridas de diversas fuentes y sincretismos atrevidos. Escribir para mí, es también un proceso de observación y escucha de lo cotidiano, que de alguna manera ya está escrito magistralmente y solo necesita ser traducido al papel.
Creo que la dramaturgia que hago es una dramaturgia mutante y mutable que va cambiando conmigo y con suerte creciendo conmigo.
Estudios
2023 – Presente
Aspirante LICENCIATURA EN ARTES ESCÉNICAS - ENFASIS DIRECCCIÓN Y DRAMATURGIA - Universidad de Bellas Artes, Cali - Colombia.
2018 – 2021
ESPECIALIZACIÓN PROGRAMA INTERNACIONAL DE TEATRO,Teatro della Toscana, Pontedera – Italia
2006 – 2011
ESTUDIOS SECUNDARIOS, Liceo de la Universidad de Nariño, Pasto – Nariño
2000 – 2005
ESTUDIOS PRIMARIOS, Madre Caridad Brader Instituto, Pasto – Nariño
Premios o distinciones (si los tiene o desea poner).
- Ganadora del Estímulo a la Creación de Guion y Textos de Dramaturgia. Convocatoria pública Departamental de Estímulos Mi Nariño Cultura Viva 2023
- Ganadora de la beca de creación de Teatro de Juglares del Ministerio de Cultura de Colombia, para la creación de la obra CARAVANA YERBATERA
- Seleccionada como artista para participar en el proyecto de residencias artísticas internacionales R-EVOLUTION 2023/2024, organizado por el Nuovo Teatro Sanita y sus socios en latinoamerica y Europa.
- Ha participado en el encuentro PUNTO CADENETA PUNTO organizado por Umbral Teatro en Bogotá en talleres con maestrxs como Gustavo Ott, Sergio Blanco, Diego Aramburo, Mauricio Kartún.
- Obra publicada "LAS ESPIGAS IMITAN LA FORMA DEL FUEGO" en la antología "Dramaturgas, Mujeres del Sur". ISBN 978-958-53721-0-8. Pasto, Nariño, en el marco del proyecto Labresistir - dramaturgias del sur, 2021
- Ganó el PRINCE CLAUS MOBILITY AWARD por una residencia artística en Italia en 2017.
- Participó del taller DRAMATURGIA DE LA MEMORIA en el marco del XX Festival Internacional de Teatro de Pasto, a cargo de Genny Cuervo.
- Participó del SÉPTIMO LABORATORIO ABIERTO - Encuentro Pedagógico con Yuyachkani, del 1 al 9 de agosto de 2015, en Lima, Perú.
Talleres
- El Acto Creativo:
- El laboratorio “El Acto Creativo” es un taller de creación enfocado en despertar y descubrir con lxs participantes sus territorios creativos, así como en la concepción de una semilla escénica que pueda desarrollarse en el tiempo para convertirse en obra. En este laboratorio práctico partimos desde la exploración actoral y física, como también de la escritura de textos que surjan de las necesidades creativas de sus creadorxs o viceversa. Este proceso va hilando una narrativa que a su tiempo devela las inquietudes, cuestionamientos y deseos de quienes las hacen. A lo largo del taller lxs participantes son asesoradxs personalmente en la escritura autoral de sus piezas y en el montaje de algunos de sus fragmentos. Esta colaboración entre la escritura y la actuación permite que ambas áreas se nutran mutuamente, contribuyendo al crecimiento de la obra.
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